martes, 14 de mayo de 2013

Planteando problemas a los jugadores


Sí, no se asusten con el título, dice “plantear problemas a nuestros jugadores”. Problemas que tienen que intentar resolver. Retos que les proponemos para que se esfuercen. Objetivos que hagan al jugador crecer en independencia. Ya os hablé en otro artículo (¡Dejen pensar a sus jugadores!) de la dependencia que cogen nuestros jugadores cuando nosotros, los entrenadores, les resolvemos todos los problemas. Antes os hablé del mal causado, ahora os comentaré el cómo poder combatirlo para que juegue a nuestro favor.

Estábamos entrenando con las minibasket femenino el pasar y entrar a canasta, con posibilidad de puerta atrás. El objetivo del ejercicio no era ni plantear las dificultades que puede atañer los cortes desde lado fuerte ni las diferentes fintas de recepción o puertas atrás, simplemente era el llamado timing para que las jugadoras tuviesen más perspectiva de los espacios y el tiempo cuando están entrando a canasta. Especial dedicación a qué no cometiesen pasos de salida.

Cuando lo hacían en 1x0 había menos fallos. Pero entonces aumenté la dificultad del ejercicio y añadí el defensor para trabajar 1x1 más el pasador. Y ahora sí vinieron los fallos. Pases demasiado adelantados, otros que daban en la pierna, otros que se quedaban cortos, muchos pasos de salida,…etc.

No les modifiqué nada. Quería saber cómo solucionarían ese conflicto. Yo estaba pensando en posibles soluciones y justo cuando iba a parar, una de las más pequeñas le dijo a su compañera: “Quiero que me pases la pelota cuando te haga ‘neeeck neeeck’ (chasquido con la boca)”. En ese momento sonreí, las demás compañeras se rieron pero aun así está chica lo hizo y le salió bien su estrategia.

Ella pensó como podía solucionar ese problema y respondió de una manera efectiva. La felicité por darle al coco. Después antes de terminar el ejercicio, hablamos durante 1 minuto para preguntar a las más grandes que soluciones podrían dar ellas. Y ya lógicamente una dijo, abrir la palma indicando que allí quería recibir la bola en el momento que lo señalase.

Les hice ver que el chasquido y el abrir la palma de la mano cumplían la misma función. Que las dos estaban bien. Le dije a la pequeña que había acertado con su método de los chasquidos aunque prosiguiésemos con el de la palma abierta porque lo creímos sólo un poco más conveniente en un pequeño debate entre nosotros.

Otro caso similar fue el de otra chica cuando trabajábamos ejercicios de bote para llegar a ciertos sitios marcados pero con la dificultad de que tenían los ojos tapados. Le pongo la venda en los ojos y me dice la pequeña jugadora: “me da igual, me voy a guiar por el sol”. Ojiplático me quedé.

Hacer la prueba, plantear problemas a vuestros jugadores, seguro que muchos os sorprendéis con las capacidad inventiva que tienen. Dejarle, ya veréis como más de uno incluso os enseña cosas que ni siquiera os hubieseis planteado. Lo único que tenemos que hacer es poner el marco adecuado para que los jugadores sepan mejorar por sí mismos. Nosotros sólo marcamos el camino, no le empujamos a trompicones hacía el sitio que creamos correcto. Ellos son los que deciden, nosotros orientamos.

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